martes, 26 de septiembre de 2017

¿SUEÑAN LOS INDEPES CON URNAS ELÉCTRICAS?

Hace apenas dos años hice una entrada en mi blog sobre la convocatoria de elecciones en Catalunya el 27Sdel2015, en donde entre otras cosas trataba de explicar mi relación personal con la identidad nacional. El resultado de aquellas elecciones son de sobra conocidas y JxSí fue la fuerza política más votada.





 
Fuente: ICPS. Elaboración propia.

 
Asumiendo el carácter pebliscitario que las fuerzas independentistas otorgaron al 27s los resultados mostraban una división en la sociedad catalana, que tanto representativamente como en número de votos, daban ganador@s a un@s y a otr@s de una forma que no proporcionaba ninguna fuerza de legitimidad. Al contrario, el arco parlamentario dibujó la ruptura de la sociedad catalana. 


Fuente: ICPS.Elaboración propia.


Como hemos llegado hasta aquí es de tod@s conocido, no es cuestión de ir dándole vueltas siempre a la misma cosa, por lo que intentaré resumirlo lo más brevemente posible.

Cuando se aprobó L’Estatut del 2006 el PP era un animal herido. Tras acontecimientos como la Guerra de Irak y el 11M quedó relegado a la oposición en el Estado español y denostado en Catalunya. El partido conservador necesitaba recuperar el poder, y no dudó en utilizar aquello que vino a llamarse “la crispación”, emanando más que nunca su tufillo franquista y adoptando posiciones muy agresivas y de confrontación.

Dos claros ejemplos fueron la actitud del PP ante una salida dialogada del conflicto vasco (negociación para que ETA dejara las armas) y ante L’Estatut de Catalunya, aprobado por el Parlament en Catalunya, pulido (por utilizar un eufemismo) en el Congreso de los Diputados y legitimado mediante referéndum por la sociedad Catalana.

La recogida de firmas por parte del PP y la posterior sentencia del Tribunal Constitucional, en Catalunya, se tomó como una afrenta y una humillación hacia sus intereses, especialmente entre las oligarquías políticas que habían tasado con ese precio a la pervivencia idílica que ambas élites (españolas y catalanas) habían mantenido históricamente.

Tampoco ha ayudado la posición de algunos medios de comunicación y generadores de opinión que han ido mandado mensajes catalanofóbicos durante años ridiculizando los anhelos independentistas. Recuerdo con estupor e indignación aquel “Pasión de Catalanes” donde el risueño Carlos Herrera satirizaba y ridiculizaba toda la problemática de Catalunya, señalando como llorones a los que protestaban por lo ocurrido con L’Estatut.

Medios de comunicación como la Cope, Onda Cero, Libertad Digital, Intereconomía, Radio.es, TVE, canales autonómicos controlados por el PP han servido de altavoz, incluso, para aquellos que pedían el boicot a los productos catalanes. Vergonzoso.

Que cada cual observe su parte de responsabilidad.

Ante un comportamiento tan necio para una sociedad en concreto, ¿no cabía esperar algun tipo de reacción? Claro que sí, genios.

Llegados a este punto una parte de la sociedad civil catalana toma cartas en el asunto. Un grupo catalanista, ilustrado, white collar y muy identificable. Éste está formado por progresistas y conservadores, marxistas y liberales, pero todos tienen algo en común. Un sentimiento identitario nacional muy arraigado, forjado generación tras generación.

Tanto la Asamblea Nacional de Catalunya como Omnium han liderado las movilizaciones de las distintas diadas desde el 2012, con la complacencia y la logística del Govern a su servicio (medios de comunicación públicos catalanes incluidos). Eran los momentos más álgidos de la indignación y el movimiento independentista consiguió captar a los indignados no militantes, aquellos que no eran independentistas pero que  atónitos ante todo lo que ocurría en el Estado (recortes y corrupción) encontraron como encauzar su indignación y su rebeldía.
Desde el independentismo les ofrecieron su causa, para la que en este fragmento del libro Historia de la teoría política. G. Sabine (ed.1978) he encontrado una definición que podría servir:

...un intento de unificar a toda la población de la nación, suprimiendo toda rivalidad entre clases e intereses y de movilizar todos los recursos del país tras su gobierno, conduciendo dadas las circunstancias hasta una sola dirección”

Esto me ha parecido muy inquietante porque en realidad el autor trataba de analizar el facismo y el nacionalsocialismo. Que nadie me malinterprete, no estoy diciendo que el independentismo catalán sea fascista, pero tanto un movimiento como otro utilizan el mismo combustible, las emociones, tan incontrolables como irracionales. Ojo, con eso.

Esto es lo que hay, no lo podemos negar, el independentismo es un movimiento de masas, transversal y sin ideología política concreta. Quieren un país nuevo, que va ser mejor, más justo, más honrado, más rico y no sé cuántos mases más. Pero la realidad es que hay distintas idealizaciones de la República resultante, por lo que no hay concreción ni certeza de lo que será realmente. ¿Tienen la misma visión de la justicia social Puiggdemon y Anna Gabriel?¿Tienen la misma interpretación sobre la economía Junqueras y David Fernàndez? Esto se responde solo.

Un dato, les CUP en las últimas elecciones tuvo menos votos que el PP, éste último considerado partido residual en Catalunya. En las hipotéticas constituyentes después de la independencia no se presume que les CUP tengan mucho que decir. Y no es una buena noticia.

Ahora vamos a darle un pequeño meneo a los resultados electorales. Ya que el legítimo planteamiento del Referéndum Unilateral de Independencia (RUI) como respuesta a la inmovilidad, ceguera y sordera por parte del Gobierno de Rajoy no nos ofrece un resultado resolutivo que satisfaga a la gran mayoría de la sociedad catalana, interpretemos los resultados desde la perspectiva de la celebración de un Referéndum, ya sea unilateral (votos de JxSí y les CUP), o dialogado y pactado(votos PSC Y CSQP) frente a aquellos que no contemplan la celebración de ningún tipo de referéndum y abogan por el status quo (votos PP y C’s).

Fuente: ICPS. Elaboración propia.


 
El gráfico bajo esta interpretación tampoco ofrece una respuesta resolutiva, ya que la celebración del referéndum va aderezada con distintos matices que según la formación política en muchos casos están enfrentados. El referéndum que quiere la CUP no es el que visualiza el PSC, por poner un ejemplo.

Pero sí que traslada dos planteamientos claros por parte de la ciudadanía catalana. Por un lado, Catalunya no está cómoda en el actual Estado Español, por otro lado, si hay alguna solución pasa sí o sí por la celebración de un referéndum. Esto es irrefutable.

Una vez presentados los trenes y las vías, es indudable que más allá de la previsible colisión, lleva a la sociedad catalana a un choque de irresponsabilidades. ¿Por qué? Porque ambas posturas sesgan y hacen interpretaciones interesadas sobre lo que manifestó el pueblo.

Indudablemente el independentismo tiene músculo y como ya he expresado ha conseguido articular una causa transversal, cuando existe indudablemente una correlación muy potente entre la causa independentista y la renta per cápita. Lo observo en mi ciudad, Sabadell. El centro histórico de la ciudad esta plagada de esteladas, de gente que se concentra en la plaza del ayuntamiento y que golpea cazuelas en las horas acordadas. En los barrios, donde yo vivo, a penas se ven banderas ni se oyen caceloradas. Esto no es ninguna tontería, la gente de los barrios, que en su mayoría es castellanoparlante y de condición humilde, viven allí, entre otros motivos, porque nunca podrían permitirse una vivienda en el centro de Sabadell. También lo observo en mi comarca, el Vallés Occidental, pasear por localidades como San Cugat, Matadepera o Sant Quirze, que según el IDESCAT son de las poblaciones con las rentas por habitantes más altas de Catalunya, es como pasear por un eterno 11 de Setembre.

Esta observación pretende hacer reflexionar a toda aquella gente que conozco, que toda su vida han articulado su participación política mediante la perspectiva de clase y durante desde hace algún tiempo lo hacen desde una perspectiva de sentimiento subjetivo nacional. El procés no lleva ni una sola reivindicación obrera en su ideario, sólo actos de fe.

Irresponsable y temerario ha sido el PP en España y porque no decirlo el PSOE en Andalucía, Extremadura o Castilla la Mancha vertebrando discursos políticos mediante la confrontación de territorios con el único objetivo del rédito electoral. Quiero pensar que no son tan necios como para haberlo hecho por puro racismo. La imagen de la gente aplaudiendo a la Guardia Civil y diciendo “a por ellos” evidencia que si ha existido un adoctrinamiento por la causa independentista en Catalunya, en el resto del Estado tampoco se han quedado cortos. Todo a la vez, da así como un poco de miedito.

Como ciudadano catalán reclamo mi espacio para expresarme, sin que nadie me acuse de indolente con la España de Rajoy ni de separatista por creer que la solución está en un referéndum.

Por último decir que no voy a pararme en lo ocurrido en el Parlament de Catalunya ni las posteriores medidas y actuaciones del gobierno de Rajoy amparándose en la legalidad vigente. Ambos hechos son tan vergonzantes para cualquier demócrata que se evidencian por sí solos.

Catalunya necesita un referéndum que no esté hecho por y para los independentistas para que todo catalán y toda catalana se sienta cómodo votando en él.

Creo que Catalunya se ha ganado el derecho de decidir por sí sola lo que quiere ser, pero Catalunya soy yo, el indepe, el unionista, el federalista, el confederalista, el internacionalista, en definitiva, todos los que conformamos la sociedad catalana. Humildemente es la única forma que visualizo para volver a remendar esta herida que a borbotones desangra a mi gente. No esperen a que hayan mártires. Grupúsculos fascistas emergen agazapados dispuestos a pescar en estas aguas revueltas. No lo permitan.
Si todo continua  por este camino, la democracia y la fraternidad entre los pueblos morirán como lágrimas en la lluvia.

 

viernes, 24 de febrero de 2017

COMEMIERDAS

Los días pasan y ya por inercia te sometes a tus quehaceres cotidianos, a cultivar tus afectos cercanos y a asumir con cierta indolencia toda la mierda que nos rodea. Sí, MIERDA, en mayúsculas, ese enorme zurullo de color marrón, chusco, cilíndrico y maloliente en el que se ha convertido este despropósito de Estado Español. Está claro que la evacuación de la materia fecal es un acto tan íntimo como placentero. La pequeña dilatación del ano (o no tan pequeña), el descanso del peso aliviado son instantes que nos ponen la piel de gallina.
Sin duda, cagar es un pequeño momento de felicidad. Pero amigo, otra cosa es comerse la mierda. Lo cual nos convierte en algo muy asquero, muy guarro y muy cochino. Y bien, así como el que no quiere la cosa, ayer acabamos el día habiéndonos comido la mierda de la sentencia de Urdangarín, no había habido suficiente con la de la Infanta, y el enorme mojón del cambio arbitrario del Fiscal General de Murcia que investigaba al Presidente autonómico de la región. No sé, pero a veces tengo la impresión de que ser ciudadano del Estado Español es como vivir en un infinito festín estercolado. 
Efectiamente, nos comemos la enorme boñiga de que el partido más corrupto gane las elecciones una tras otras, el gran truñaco de la manipulación de los medios, la excreción de sindicatos como CC.OO y UGT, la deyección en nuestros derechos laborales, el bipartidismo, Susana Díaz, Fernández Vara, Rajoy, Aznar, Felipe, la familia Real, Rato, Blesa, los Pujol, Mas, Bárcenas, y un largo etc. Mierda, mierda y más mierda. Y nosotros ahi, como dementes fecales tragando mierda de esta gran cagada en la que vivimos.
Como en V de Vendetta, diría que muchos son los culpables de que este país sea un Wok para comemierdas, pero para encontrar a uno no hay que ir muy lejos, bastaría con mirarnos al espejo. Somos nosotros los que hemos elegido a nuestros gobernantes, también somos los que nos creemos las cosas como nos las cuentan desde los grandes medios, los que en las fábricas nos preocupamos más por si tenemos un día de fiesta porque operan a nuestro cuñado que por defender nuestros derechos, en fin, somos nosotros los principales culpables. 
¿ Y esto en que nos convierte?. Sí crack, lo adivinastes, en un COMEMIERDA.



sábado, 19 de diciembre de 2015

INTERNET KILLED LA ESTRELLA DEL BIPARTIDISMO

  Corrían los albores de los 80 cuando The Buggles lanzaron el éxito musical "Video Killed radio star", un tema que transmitía cierta inquietud acerca del futuro de la radio ante la incipiente aparición del aparato reproductor de video. No es la primera vez que lo nuevo parece amenazar a lo viejo, ocurrió con la aparición de la imprenta, de la radio, la televisión y ahora vuelve a ocurrir con internet. Pero con la particularidad, como ocurrió con la imprenta, de poseer un potencial capaz de convertir a la red en un factor determinante para lograr grandes cambios en la sociedad.

  La abundancia de datos han pasado a formar parte de nuestra cotidianidad, tenemos bastante con abrir nuestro facebook para tener a nuestro alcance noticias de toda índole Este tsunami de información significa una oportunidad de desarrollo social y personal, pero a su vez es también es un reto para la sociedad actual, que además de adquirir las destrezas necesarias para optimizar el acceso a la información, en un sentido técnico, debe aprender a elegir entre aquello que resulta útil y de lo mucho que se puede prescindir para no incurrir en una “sociedad de la desinformación”. 

  De todo esto los medios de comunicación de masas saben mucho. los periódicos de tirada nacional, los emisoras de radio, los canales de tv al alcance de todos, han perdido en gran medida su capacidad de influir y "desinformar" a grandes sectores de la población. Esta claro que la existencia del ciudadano-ameba mantiene líder de audiencia a Gran Hermano, en contraste el ciudadano indignado ha despertado y busca porqués y cómos a situaciones que le ahogan y que él no ha buscado, quizá en otra época fue feliz siendo un ciudadano-ameba, pero aquella época ya acabó. Ya sea mediante las redes sociales, o por medios de información alternativos, la ciudadanía tiene la oportunidad de filtrar y contrastar todo tipo de información sin la necesidad de ser un intelectual para ello. Algo tan controvertido como la huella digital, todo lo que se sube a la red se queda, nos permite no tener memoria de elefante para darnos una buena dosis de realidad antes de perecer ante las narcóticas estrategias de los poderes fácticos mediante los medios de comunicación de masas.

  Que millones de personas podamos compartir e intercambiar nuestros puntos de vista u opinión con un simple gesto del dedo índice, es lo que hace que la revolución cibernética tenga un potencial incalculable a la hora de construir y promover los cambios necesarios en esta sociedad. Es evidente que las telecomunicaciones en general, e internet en particular, incentivan de manera nada despreciable nuestra habilidad para comunicarnos, y esta comunicación inherentemente conlleva reciprocidad, la cual establece redes y lazos, por lo tanto, la cohesión necesaria para liderar desde la ciudadanía grandes cambios.

  A modo de conclusión de esta pedante y pretenciosa exposición, pienso que mañana tenemos una oportunidad de oro para demostrar que no solo los axfisiantes momentos que como ciudadanía hemos padecido en todos los terrenos (sanidad, laboral, social, económicos) sino toda la información que hemos tenido a nuestro alcance, sirvan para al menos coger de la pechera a esta sin razón que ha sido nuestro sistema político en los últimos años para propiciarle un golpe certero y mortal y acabar con la estrella del bipartidismo.







domingo, 13 de septiembre de 2015

LA INSOPORTABLE LEVEDAD NACIONAL o QUÉ VOTAR EL 27 S Y NO MORIR EN EL INTENTO

El pasado viernes fue 11 de septiembre, diada nacional de Catalunya, se evidenció de nuevo que el independentismo es un movimiento de masas en Catalunya. He de reconocer que mi falta de sensibilidad nacional ( catalana o española) no me hace sentirme cómodo en el debate. Como ciudadano me cuesta encontrar mi posición y ninguna de las opciones o confluencias políticas existentes me inspiran total confianza. Ni los que van por el eje del nacionalismo ni los que se mueven por el tradicional eje derecha-izquierda.
Esta especie de apatriotismo supongo que es fruto en parte de mi propia ideología y en parte de mis orígenes. Por un lado, considero que la nación, la patria y toda la simbología y discursos que rodean estos conceptos son un invento del poder económico y político decimonónico para que las clases populares, oprimidas y subyugadas en el sistema que los primeros habían ideado, tuvieran algo en común con los ostentadores del poder. Este sentimiento cohesionador ha servido históricamente para cavar trincheras, morir en el frente y últimamente para pitar a Piqué en los partidos que juega con la selección española y para articular V y vías patrióticas. Por otro lado, soy catalán de padres andaluces, me he criado en un barrio donde todos teníamos el perfil social y económico similar y nos comunicamos en castellano.
 He estudiado en la escuela pública con su correspondiente inmersión lingüística, he flipado con bola de Drac, me encantan los potajes, los gazpachos, els calçots, el fuet, la crema catalana, las gachas..., escucho a los Chichos, flamenco, Sabina, Sau, Sopa de Cabra, Serrat, entre muchos otros, he soportado durante mi infancia a Justo Molinero, el chopped Crismona y al gres de la Vaca, y puedo dejar de parecer una persona con sentido común cuando veo jugar al Barça.
Supongo que es por esta especie de esquizofrenia ideológica-cultural la que hace que sea difícil que me posicione basándome en un sentimiento subjetivo nacional.
Aun así, como ciudadano entiendo que estoy obligado a jugar esta partida mediante mi voto, siendo consciente que me hallo ante un tapiz remendado y unos tahúres con las cartas marcadas. 
Quisiera manifiestar todo mi respeto a toda la gente que expresa su voluntad por la independencia y que sale a la calle para hacerlo. El mismo respeto para todos aquellos que no lo hacen ( y no me refiero a esos que señalan el PP o Ciudadanos, que no se enteran y que no se dan cuenta que la sociedad catalana esta en otra liga, es más ni siquiera están en el mismo deporte que ellos). 
The players
Artur Mas, el actual President de la Generalitat, como todo el mundo sabe es el heredero político de Jordi Pujol, quien ha dejado más que acreditada su lealtad a Catalunya pero mucho más la lealtad a su propio bolsillo. El President, pertenece a un partido político salpicado por la corrupción y el desprestigio, que tiene muy claro los intereses de quien representa, y a mi entender no son los de muchos que le apoyan. Más bien son los de una minoría que a lo largo de la historia a pervivido entre dictaduras, repúblicas y monarquías estableciendo felaciones sinérgicas con cualquiera que beneficiase sus objetivos,  desde Cánovas del Castillo hasta Aznar o Felipe González. 
Oriol Junqueras, dilapida una ideología por un sentimiento nacional, lo respeto. En el respeto a los sentimientos de las personas se halla la verdadera esencia de la libertad, pero hacer política es ser pragmático para alcanzar el bien común, y renunciar al espíritu socialdemócrata de su partido ( nada nuevo en Europa, todo hay que decirlo ) con el apoyo implícito a las políticas austerecidas de Mas por tal de coliderar el procés, es una señal de que también juega con las cartas marcadas. Cuan buitre espera su momento, mientras Mas arde en su propia vanidad. Es un sentimiento muy respetable.
El PP, el principal culpable de todo esto, el que contrapone Catalunya al resto de España por un rédito estrictamente electoral. Fueron ellos quienes llevaron L'Estatut al Constitucional (un Estatut aprobado por el Parlament Catalá y retocado por el Congreso) y el que ha mostrado interés cero por el asunto catalán y  cero propuestas. Cegatamente el Partido Popular pensó que oponerse a las pretensiones y sensibilidades catalanas le beneficiaban.
Con estos jugadores la cosa está entre el artículo 8 de Constitución y la declaración unilateral de Independencia.
 Y no señores, la cosa va por otro lado, la sociedad catalana exige más. Pero claro afrontar el tema como realmente se necesita significa cortar el rollo a esta panda de cabrones que se han estado llevando la pasta a diestro y siniestro mientras han gestionado el dinero público. Una vez se lo han fundido y con la excusa de la crisis nos han metido a la ciudadanía un rabo como el de la pantera rosa con cierre de fábricas, recortes en sanidad y educación y legislación antisocial. Y eso tanto en Catalunya  como España . Mientras tanto algunos se desgañitan pitando a Piqué y otros al himno español.
 La nueva política (PODEMOS, CUP,... CIUDADANOS?) deberían echarle pelotas. Que sean conscientes de cual es la realidad de España, que si no es polinacional es multiidiosincrática, si es que existe la palabra, y que su vocación es federal. La Constitución es anácronica e inservible para gestionar la madurez democrática de esta cosa que llamamos sociedad catalana/sociedad española y por lo tanto hay que crear unas nuevas reglas del juego. 
Mi voto está entre Catalunya si que es pot y la CUP. De los primeros no me convencen sus sinergias con los burócratas sindicales que con un nuevo escenario político deberían de desaparecer y de los segundos no estoy al 100% que no acaben bailándole el agua a Artur Mas. Seguiré pensando, pero una cosa tengo clara. El 27S más que nunca hay que ir a votar. Lamento no haberme dado cuenta hasta hoy. 





sábado, 13 de diciembre de 2014

EL ORIGEN DE LA CASTA

Pablo Iglesias es un tipo majete. Tengo que reconocer que me cae bien.  No sé si por ese aire melómano, por su melena envidiable o por haber irrumpido en la arena política española con la misma contundencia que Paquirrín en un wok chino.  Alumno aventajado de Maquiavelo y Gramsci, Pablo Iglesias ha construido un mensaje alrededor del descontento y desazón que invade a la ciudadanía, que cansada de sufrir ataques de pánico a lo Tony Soprano ha visualizado en el avezado politólogo un mensajero mesiánico que dota de contundencia e intelectualidad la indignación de la gente. En su discurso, acuñando un término de la estratificación social, ha señalado e identificado a los culpables, la Casta.


Gran parte de esta Casta está formada por las élites políticas. Desde una perspectiva del poder, la Casta, son aquella minoría de la sociedad, organizada y dirigente, que ostentan el poder político. Se trata de una diferenciación que históricamente en la sociedad española separa los que sobresalen de la masa desorganizada, lo que implica inherentemente una desigualdad (¿necesaria?) entre los ciudadanos. Las élites políticas, al igual que la sociedad, han ido transformándose, organizándose en la actualidad básicamente en el Partido Popular y en el PSOE. Cabe decir que sus orígenes son totalmente distintos, tanto social como económicamente, pero su funcionamiento han acabado convergiendo de una manera sorprendentemente parecida. Internamente son organizaciones políticas que funcionan mediante el "lameculismo" y el despachito de influencias, la veneración al lider de turno y el proselitismo de sus intereses partidistas. Ya lo dijo Guerra, " quien se mueva no sale en la foto". 


El régimen del 78


La actual Casta tiene su origen en la Transición española. Vanagloriado y exaltada hasta la saciedad, el régimen del 78 lleva legitimando el estatus de la panda de chorizos que en la actualidad componen las élites políticas y económicas de nuestro país, incluido el Rey, of course!!. El proceso político que llevó a España hacia la democracia no fue fruto de una ruptura con el régimen y ni de una imposición o reivindicación que proviniera desde abajo, es decir desde el pueblo. La Transición fue un chanchullo que idearon la Casta tecnócrata del franquismo, de hecho fue liderada por un franquista y el heredero institucional de Franco, donde se pactó con diversos sectores del régimen y la oposición (débil) democrática.



Por un lado, el poder político conocedor del agotamiento del franquismo, abogó por un proceso de cambio hilvanado y controlado desde arriba. Cuarenta años de dictadura habían dejado una oposición débil y fragmentada y una mayoría ciudadana despolitizada todavía timorata a la hora de pronunciarse sobre política. Por otro lado, el poder económico necesitaba un terreno de juego  distinto al de la autarquía de la España de Franco para alcanzar las expectativas propias de los capitalistas de entonces, esto era entrar en las Comunidades Económicas Europeas. A esto le añades un líder sociata impuesto y financiado desde Alemania, un par de burgueses catalanes y un comunista exiliado ...vualá tenemos el paso a la democracia.  Reconozco que es una manera muy poco científica para describir la Transición, pero desde una mirada retrospectiva esta es su cara B. Es obvio, que gracias a la Transición nos quitamos algo de caspa, se controló al ejercito y se superó el famoso ruido de sables, pero resulta igualmente obvio que  mediante la Constitución Española se ideó un régimen que ha favorecido a unos cuantos privilegiados y que en cierto modo fue un reparto de poder para superar las viejas rupturas de España (izquierda-derecha, centro-periferia, república-monarquía, religión-laicismo).


La decadencia del régimen se ha evidenciado mediante los casos de corrupción. Financiación ilegal de los partidos, puertas giratorias, cuentas en B, Andorra, Suiza, Gurtel, Campeón, Mercurio, ERE's, Pretoria...la lista es interminable. 


La hora del Pueblo

No digo nada que no se sepa si comento que la crisis ha golpeado con gran virulencia a la sociedad española. Paro, recortes, desahucios...contrasta de manera obscena con los casos de corrupción que han destapado la opulencia y el despotismo de la Casta política española. No se salva ni uno. Creo poder aseverar que la Casta del régimen del 78 tiene los días contados y que turnismo bipartidista (del cual pienso hacer una entrada en el blog) está en plena caída. 


A pesar de los informes PISA y de la proliferación de los NiNi, nos encontramos ante la generación mejor preparada de la historia de España. Mientras nos han dejado gente de abajo se ha ilustrado. Por otro lado, los avances tecnológicos y la socialización de la información han propiciado que nos hallemos ante una ciudadanía con capacidad para informarse más allá de los medios de comunicación de masas. Y por último ha surgido un nuevo actor político, PODEMOS, que con un diagnóstico concreto y acertado ha conseguido aglutinar millones de simpatizantes alrededor de su discurso, haciendo tambalear la hegemonía ideológica de la Casta. Ahora ya no podemos decir que todos son iguales, existe una alternativa que va más allá de sacar la mandurria (como hace el nuevo líder socialista, Pedro Sánchez) y reformar la Constitución.

 Es necesario un nuevo proceso constituyente, que plantee otro pacto social, más limpio, más transparente, con más soberanía para el pueblo. Para ello es necesario que el pueblo se empodere ,(powerment, que decimos los politólogos), que tome conciencia que ellos son la piedra angular de cualquier sistema democrático, que los gobernantes han de rendir cuentas y pagar las consecuencias si lo hacen mal, en fin democracia, democracia y democracia. Algunos nos la tienen secuestrada y ya es hora de poner fin a este síndrome de Estocolmo.